Pucha, no puedo dejar de pensar en lo linda persona que era. Lo amigable que era con todos, como siempre tenía una sonrisa para dar y no esperaba una de vuelta. Como siempre estaba disponible mi hombro para llorar o mis oídos para escuchar, podía cargar con los problemas míos, de los demás y no hundirme. Era feliz así, sintiendo que ayudaba, que le estaba haciendo bien a otra persona. Y eso me hacía funcionar.

Lamentablemente ya no soy más así.

Ahora mismo soy una persona que está teniendo un cambio: de abundarme sólo tristeza, está mutando al odio. Odio hacia todos. Hacia quien me hizo esto. Hacia quienes me vieron caer y me dejaron, hacia quienes se alejaron sin decirme las razones, quienes me excluyeron sabiendo lo mal que me hacían y lo mal que estaba. 

¿Acaso creen qué es fácil estar pasando por todo esto y en otro país? Si me equivoqué con mis acciones, que estoy segura que lo hice, déjenme explicarles. La Mili del pasado hubiera abogado siempre por hablar y solucionar las cosas de manera civilizada, poniendo lo mejor de cada parte. Ni siquiera me dieron la oportunidad de explicar, eligieron no escucharme y excluirme, como si eso me hiciera sentir mejor. ¿Creen que lo qué hice es tan grave como para hacerme sentir unas ganas de morir todos los días? ¿Besar al chico que antes besó otra justifica que todos estén contra mí? Mi problema supuestamente era con una sola persona, y se metieron todos. Lo peor es que fue tan machista su actitud que ni siquiera se la agarraron contra él, y me alegro, porque no fue para tanto y no deseo que la pase mal. Pero contra mí sí. 

¿Creen que es fácil estar en un país que no es tuyo, dónde no conocés a nadie, y en dónde las únicas personas que conocías poco a poco te van dando la espalda sin razón? 

Se la dan de maduros pero ninguno tuvo la madurez suficiente de venir a decirme por qué se enojaron conmigo. Lo peor es que también metieron en el problema a mi mejor amiga de acá, por el simple hecho de ser mi amiga, y a mi hermana, por el simple hecho de vivir juntas. ¿Creen qué es justo lo que están haciendo? ¿Creen que ellas se merecen eso también? ¿Quiénes se creen que son, los dioses del intercambio acaso? ¿Qué creen que pueden decidir quién puede ser amigo del otro y quien no? 

Siento que involucioné de por sí por lo que me pasó y no supe como manejarlo. He meditado mucho sobre ello y cada vez estoy mejor, ya no siento más asco de mí misma ni odio hacia mí por lo que pasó, sino que lo acepté y lo tomo como experiencia. Y si con ello puedo evitar que a alguien más le pasé, mejor.

Pero con ustedes me siento de nuevo como de 15 años. Como esas novelas de Estados Unidos donde si la abeja reina tiene un problema con uno, todos los buenos perros súbditos y seguidores deben tener ese problema. ¿Acaso no tienen autonomía? ¿No pueden pensar por sí mismos? ¿O acaso tienen miedo? Dejenme decirles que una amistad que te dice que no te juntes con x persona porque sino se enoja, no es una amistad.

De verdad que mi mente trabaja y trabaja y no encuentra la razón por la que se alejaron. Si fue lo que hablé con una persona sobre que se alejaron porque creían que yo creía que ustedes no hicieron lo suficiente esa noche, que son puras suposiciones y nunca lo aclararon conmigo. O si fue por la razón de haber estado con el mismo chico que otra, que nunca aclaró si habían estado o no, que también, nunca lo hablaron conmigo. No puedo parar de pensar qué es lo que hice mal, porque nadie me lo dice. No es sano. No quiero más levantarme, ver sus fotos y pensar pucha qué es lo que hice para que me excluyeran así. Para que ni siquiera me inviten las personas con las que supuestamente está todo bien. ¿Acaso maté a alguien? ¿Acaso le robé a alguien? ¿Acaso dejé solo a alguien cuando más me necesitaba? Creo que no hice ninguna de esas cosas, que considero grave, como para que me estén juzgando con un dedo acusador creyéndose todo poderoso.

Creo que todos somos humanos y nos equivocamos, y así como yo necesito hablar y sacarme todo esto, porque realmente me está haciendo mal y no me deja avanzar, no me deja disfrutar las cosas lindas que estoy teniendo (que son pocas, pero son), también me gustaría que ustedes hablen y me digan como los adultos que somos qué es lo que les molesto. Y si se puede arreglar y hay voluntad para arreglarlo, se arreglará. Yo no creo que seamos amigos todos después de lo que pasó, ya que no siento que sería algo verdadero porque no salió nunca de ustedes el hablar. Pero si me parece que se puede estar bien todos, sin hacer sentir a alguien mal, para el orto, con ganas de irse, de morir. Y eso es lo que quiero: que todos estemos bien.